viernes, septiembre 01, 2006

Dos corazones en un mismo ataúd


Ayer nos escribió un amigo para decirnos que su madre falleció y nos habló de su deseo de estar solo, de ausentarse, pero también de sentir nuestro apoyo. En un par de renglones nos hizo partícipes de su profunda tristeza.

No estamos preparados para enfrentar el momento en que acontece la muerte de un ser querido, aunque sabemos que algún día sucederá y que es la ley de la naturaleza.

Se dice que este acontecimiento es uno de los más estresantes, que nos puede sumir en una profunda crisis emocional, bajo el riesgo de no recuperarse en mucho tiempo, debido a las circunstancias en que ocurrió, por ejemplo, si la muerte ya se esperaba o no, cuan estrecha era la relación con la persona, la edad, etc.

Experimentamos muchas emociones como no aceptar la realidad o no creer que sucedió, sentirnos confundidos o desesperados por lo que será nuestra vida de ahora en adelante, tristeza, rabia porque no entendemos por qué se fue, culpa, entre otras. Es nuestro duelo, un proceso en el que tendremos que adaptarnos a esta nueva situación, donde además tendremos que lidiar con cuestiones económicas y sociales.

Y cuando la pérdida no es nuestra, pero de cierta forma estamos ligados a ella, muchas ocasiones no sabemos qué decir o qué hacer. Intentamos hacer que olvide su dolor con frases cargadas de buena intención pero poco prácticas: “ya se te pasará, tú échale ganas” o que se distraiga para que no se acuerde, hasta llegamos a cometer la torpeza de decir “muchos días de estos”.

En alguna ocasión leí que es menos difícil para alguien que en algún momento de la vida experimentó la pérdida de una mascota, no sé hasta donde sea cierto, lo cierto es que el trabajo de duelo es un proceso complejo que depende mayormente de nuestra búsqueda de opciones y ayuda en personas, instituciones, o grupos, para que una vez que recordemos a nuestro ser querido sin dolor, cuando hayamos aprendido a vivir sin él o ella, dejando de vivir en el pasado e invertir nuestro tiempo, energía y amor en nuestra vida y en la de quienes nos rodean, nuestro duelo haya sido completado.

http://www.homestead.com/montedeoya/factores.html
http://montedeoya.homestead.com/decalogo.html
http://www.latinsalud.com/articulos/00968.asp?ap=1
http://www.psicologiapopular.com/luto.htm
http://www.cepvi.com/articulos/duelo.shtml
http://www.tanatologia.org.mx

A menudo el sepulcro encierra, sin saberlo, dos corazones en un mismo ataúd. Alphonse de Lamartine. Historiador, político y poeta francés.

No hay comentarios.: